Es cierto que la información es una droga: necesitamos los peródicos, loteledarios las revistas, los libros, aunque rara vez nos placen realmente o nos sirven para algo más que para paliar el doloroso deseo informativo. Adolfo Ramírez Corona hace un elogio de la lectura profunda y aprehensiva:
Lectura vertical: “Distingamos la lectura que simplemente escanea o explora superficialmente la información en la web o en los periódicos, y que yo llamaría una lectura horizontal, de la lectura que busca penetrar en cada concepto nuevo que adquiere la esencia de todas las cosas, y que yo llamaría la lectura vertical.”