Cuando leí que Foreign Policy había elaborado un estudio que contestaba a la pregunta de quién había ganado en Irak tras cuatro años de conflicto pensé otra cosa; el resultado es un poco decepcionante, y la selección opta por el anonimato que dan las grandes corporaciones (países, organizaciones…). Yo no soy ningún experto, pero creo que el análisis hubiese podido ser mucho más valiente; no obstante, no carece de interés. Quién gana en Irak: “[China] La extraordinaria transformación de las asombrosas victorias militares en un lodazal para el Ejército estadounidense, los escándalos de Abu Ghraib y la incapacidad de proporcionar seguridad y estabilidad —por no hablar de democracia— al Irak posterior a Sadam han erosionado de forma muy grave el prestigio internacional de EE UU. La espectacular caída del poder blando estadounidense desde las alturas a las que llegó tras la guerra fría, justo después de la intervención en Kosovo, ha engendrado una situación internacional favorable a China, que muestra un ascenso pacífico, benigno e incluso constructivo.
Pekín, considerado como el único rival convincente de Estados Unidos a largo plazo, debe manejar su ascensión con enorme cuidado para no causar en la comunidad internacional una alarma que podría desembocar en nuevas rivalidades desestabilizadoras entre superpotencias.”