Hay algo que nuestra derecha no parece entender (su apoyo a la opa alemana de Endesa lo demuestra): las grandes empresas son vehículos para la lengua y ayudan a situarla a nivel mundial en lugares ventajosos, tanto económica como culturalmente. ¿Vamos a seguir negando la relación entre economía y cultura? Ramón Tamames inició una serie la semana pasada sobre este tema, y entre otras cosas dice esto en la introducción: “Y como preámbulo de la serie que hoy empezamos, no estará mal destacar la fras de Gregorio Salvador, de que más allá de su empleo como sistema de comunicación de comercio, las lenguas se han convertido en la materia prima de una enorme industria de alta rentabilidad y valor estratégico; favorecidas por el crecimiento exponencial de la interacción en un mundo globalizado. En ese sentido, Ronald Buchanan definía así en Time la situación: language is money; y Gregorio Salvador dijo de manera contundente: el español como nuestro petróleo.” El idioma español en Venecia.