A mí el perejil siempre me dió repelús; mi mamá lo ponía en casi todos los platos, de adorno, y yo lo masticaba como una vaca rumiaría una merluza en escabeche. Los debates también me dan repelús, sobre todo si son sobre el estado de la Nación, porque a mí nunca me ha gustado la lucha libre americana. Sobre el perejil, el debate, la Argentina y otras cosas habla Rodrigo Fresán en La isla y los náufragos: “Aznar expone su versión de las cosas desde la mayoría absoluta que Dios y el pueblo español le dieron, después todos a almorzar y, por la tarde, el Capitán Zapatero le cañonea el barco y le dicen cosas feas a las que el almirante Aznar contesta apoyándose en la mayoría absoluta que Dios y el pueblo español le dieron.”