Ricardo Soca, sobre el hecho singular de que el español sea la única lengua regulada y otras peculiaridades de lor órganos que la rigen: “La enseñanza de inglés es un rubro muy importante en la economía británica, pero a nadie se le ocurre decirles a los anglohablantes qué palabras «existen» ni cómo deben hablar. Se ha dicho que ese papel lo cumplen los buenos diccionarios y las buenas gramáticas; no es que el Diccionario de la Real Academia Española sea un pésimo diccionario: apenas es demasiado pobre e incompleto para las ínfulas y la fanfarria con que es presentado y para el dinero que se invierte en generar tan magros resultados. Todos los que trabajamos con el idioma sabemos que los productos de la RAE no llegan a los tobillos de un Merriam Webster, pero es lo que tenemos.” Las normas, la historia y las autoridades lingüísticas.