La de Viente Echerri es una visión occidenal del conflicto de los prisioneros británicos en Irán; seguro que hay más razones, y más oscuras, pero estas parecen válidas: “Las razones pueden ser manidas: por una parte, el régimen sabe que tiene una creciente oposición que empieza a impacientarse con el inmovilismo que la teocracia le impone a la sociedad iraní, y apelar a la amenaza externa es un recurso de los déspotas para reprimir a los inconformes y sumar a los indiferentes. El grito de ‘‘la patria en peligro’‘ sigue siendo eficaz, aunque sea a corto plazo (como bien lo ilustra el caso de la dictadura argentina y la guerra de las Malvinas) para aumentar la cohesión en torno a una gobierno impopular. Los iraníes parecen apostar a esta carta.
Por otra parte, Irán necesita cobrar prestigio en la región, donde quiere establecerse como una potencia decisiva y, a ese objeto, tiene que jugar a ser el bravucón del barrio que, entre otros papeles, conlleva el de plantarse frente al «imperialismo». Desde luego, este plante tiene que calibrarse muy cuidadosamente.” Irán y su riesgoso equilibrismo