La arenga de Camilo de Ory suena un poco rancia, pero amén de gracia quizás piensen ustedes que no le falta del todo la razón: “El sexo ha dejado de ser un placer más o menos privado para convertirse en un repetitivo espectáculo y en un negocio casi omnipresente: los publicistas utilizan el cuerpo desnudo de la gente para vender de todo, desde lencería hasta yogures con efecto laxante, pasando por colonias que supuestamente actúan como mágico reclamo amoroso y por supuesto por veloces y multicolores coches, y los sex-shop y las tiendas de preservativos con sabor a fruta proliferan como hongos contagiosos en los bajos de los bloques de edificios, por cierto cada vez más repletos de parejas que viven en pecado y de atípicas familias formadas por tres o más miembros y propensas al contacto físico y al incesto.
La culpa no es de los años, sino de la sociedad de consumo y de la selección natural y la dieta mediterránea, que engendran monstruos esculturales, y de los irresponsables padres que visten como visten a estos deseables monstruos.” ¡Sexo! ¡Sexo! ¡Sexo!.
2007-03-29 21:29
A ver, a ver… A Camilo de Ory no hay que tomarlo al pie de la letra, porque es muy literario las más de las veces. O sea, que juega mucho con la ironía, con el doble sentido, con algo de cinismo… Yo, la verdad, le sigo mucho en su blog y me parece de lo mejorcito.