José Blanco: “Una ley que dispone deberes vuelve a éstos obligatorios para todos aquellos que caen en el supuesto de la ley. Una norma que otorga derechos no hace a éstos de ejercicio obligatorio para todos, sino para quienes, en uso de las libertades establecidas en la Carta Magna, quieran ejercerlos. Todos ganan. Es el caso de la disposición que amplía la despenalización del aborto en el Distrito Federal. Quienes están en contra de la iniciativa pueden no darse por enterados de la nueva norma o pueden usarla como papel de baño, pero por supuesto están obligados a respetar los nuevos derechos de todos los ciudadanos, y en este caso particular de todas las ciudadanas que quieran ejercerlos. No se trata, por otra parte, de cualquier derecho, sino del de protección a la vida. De acuerdo con el reportaje de Milenio Diario del domingo pasado, un feto o embrión abandonado en la calle cada 10 días, dos mujeres muertas por semana, ganancias ilegales por al menos mil 100 millones de pesos anuales e impunidad de 99 por ciento son las consecuencias de los 100 mil abortos que cada año se practican clandestinamente en México (Consejo Nacional de Población). Estos espeluznantes datos no importan a los antiabortistas. Muy bien. Allá y su moral. Que con su pan se la coman. Si les sabe mejor con vino de consagrar, pues mejor.” Todos ganan, la Iglesia pierde.