¿Son fundamentales las formas? ¿Condicionan las formas de un juez o un político por encima de el fondo de sus actos? ¿Son determinantes? Javier Ortiz cree que sí y habla de ello refiriéndose al magistrado Javier Gómez Bermudez: “Creo que un magistrado debe dejar que los acusados expliquen todo lo que creen que ayuda a su defensa, y no quitarles la palabra por la brava, porque quizá él esté empeñado en que el juicio no se alargue, pero ellos corren el riesgo de ser condenados a miles de años de cárcel y, cuando las cosas son así, la justicia tiene que ser muy especialmente garantista con las posibilidades de la defensa. Y un magistrado podrá estar convencido de las muchas razones que asisten a tales o cuales víctimas, pero no debe mostrar —ni siquiera cuando se baja del estrado— nada que pueda tomarse por parcialidad personal. Y tendrá motivos para sentirse molesto porque haya aspectos técnicos que no funcionen debidamente y tomar las medidas pertinentes para que se solucionen, pero no es quién para humillar públicamente a las personas encargadas de la realización de esas tareas.” Cuestión de formas