Yo, sin descreer de la vocación, creo más en la profesionalidad, el ser consciente y responsable del puesto que se ocupa: conozco muy buenos profesionales que no tienen vocación por lo que hacen. Sin embargo, es cierto que en determinados campos la vocación es imprescindible si se quiere tener un paíssaludable y bien desrrollado. Miguel Santo Olalla hace una Reivindicación de la vocación: “Profesiones en fin, para las que hace falta algo más que una buena cualificación técnica o científica. Profesiones que exigirían del sujeto un querer que vaya más allá de lo crematístico, del negocio. Profesiones que necesitan una vocación, dentro de una cultura que ya ha dejado de usar esta palabra. Gentes que no saben qué quieren ser (quizás por falta de conocimiento de sí mismos) y profesiones copadas por gentes sin interés en las mismas.”