Juan Ángel Vela del Campo loa a la ópera, que simbólicamente cumple hoy 400 años de existencia, y lo hace proclamando su viveza: “En Barcelona está aparcado el buque Naumon, seguramente la adquisición más «disparatada» y utópica de La Fura dels Baus, y en su bodega esta noche se representará de la mano de Carlos Padrissa L’Orfeo, de Monteverdi, con cantantes y público entremezclados, entre antorchas y velas, al viejo estilo de La Fura, y del teatro clásico, conectando con la tendencia de utilización intimista de los espacios en los tiempos actuales. Y en el bellísimo teatro São Carlos de Lisboa, se ha vaciado el patio de butacas para una serie de representaciones de La walkyria, de Wagner, situándose el público en los palcos o en el escenario reconvertido en una grada, en una propuesta del director de escena Graham Vick, cuya intención es asimismo una vuelta a los principios de la tragedia clásica aplicados a la obra de Wagner, en una continuación de sus trabajos de comunicación espacial en Birmingham, donde se ha podido escuchar Don Giovanni, pongamos por caso, al lado de los cantantes y sentado el público hasta en féretros de madera, con una sensación de proximidad que amplía las perspectivas emocionales.” 400 velas para la ópera.