Lorenzo Contreras: “Hubo un político que sostuvo que el peor enemigo es otro miembro de tu propio partido. La comprobación de que Zapatero ha barrido de los cargos de su confianza a gran parte de la vieja guardia del PSOE tiende a confirmar dicho aserto. Ya ocurrió algo parecido durante el mandato de Felipe González, cuando les tocó pasar al exilio político interior, e incluso exterior en el sentido de perder o abandonar la militancia, a muchos socialistas caracterizados por la “excesiva” firmeza de sus convicciones izquierdistas. Cualquier observador atento está en condiciones de hacer repaso mental de bajas en las listas de apellidos. Pero no todas las depuraciones del personal acaecen en el PSOE. Por ejemplo, también el PP ofrece un historial semejante. Es probable que el tiempo venidero sea rico en hechos de ese signo, particularmente si en las elecciones próximas, tanto municipales como autonómicas y generales, los fracasos y derrotas se valoran como imperativos categóricos para “reajustar” las filas. Caballeros con espada.
2007-02-21 22:39
Miren ustedes, en España no hay partidos políticos, hay otra cosa cuya definición encaja mejor en el concepto de “clan” o “tribu”.
Estoy absolutamente de acuerdo, el peor enemigo de un político está en su propia tribu.
Eso es así desde la noche atávica de los tiempos y en ese sentido aún estamos en el neolítico de Atapuerca.
Las dictaduras internas de los partidos, pasan esas facturas.
Entre otras cosas, porque las listas cerradas proporcionan un poder absoluto que justifica y da luz verde a las cúpulas de los partidos, para ejercerlo despóticamente frente a sus militantes.
Un diputado en este país, no sirve al pueblo ni a los votantes de un partido, sirve a la cúpula de su clan exclusivamente.
Y yo me pregunto:
¿Si lo sabemos, porque no lo cambiamos?
¿Quién o quienes tendrían que cambiarlo?
Y me respondo:
Tendrían que cambiarlo los políticos, son los actores de la opereta.
Y me vuelvo a preguntar:
¿Lo harán?
Y me respondo:
NOOOOOOOOOOOOO
En que cabeza cabe, eso seria como pedir a una petrolera, que pusiera en la calle el motor de hidrógeno o a una empresa, que eliminara de un plumazo a los consumidores de sus productos.
Pues que bien.
El día que en este pais, un diputado pueda votar en el parlamento, en contra de la consigna de su partido por respeto a la deuda con sus votantes, seremos una democracia, mientras NO
San PEROGRULLO bendito, échanos una manita chico.