María Emma Wills O., Tierra, explotación y democracia: “La tesis sí es que cierto tipo de arreglos rurales, donde predominan relaciones de alta explotación de la mano de obra, se expresan tanto en el escenario económico, como en el social y político, de manera autoritaria.
Y la cuestión tiene su lógica. Para explotar a otro ser humano sin respetar las mínimas condiciones impuestas por el Estado en términos de relaciones laborales, es necesario que el dueño de la tierra perciba al ‘peón’ como perteneciente a una categoría distinta a la propia. Visto como menos que, al campesino se le dan órdenes, pero jamás se le trata de igual a igual. La subordinación del trabajador agrícola está implícita en la relación social, política y económica que el terrateniente establece hacia él. Nunca percibido como ciudadano, su lugar en el mapa mental del dueño de la tierra será el de un ‘otro’ que nunca alcanzará la pertenencia total a la comunidad política de ciudadanos con derechos plenos. De allí que exista congruencia entre el autoritarismo implícito en la relación económica y luego su traducción en autoritarismo social y político.”