“Yo también he sido funcionario público y puedo afirmar que la experiencia no fue para nada placentera. No se aprende nada útil del oficio ejercido como funcionario y mucho menos de los otros compañeros y ni se diga de las personas que reclaman tus servicios y jamás quedan conformes. La vida del funcionario público es burda y sin angelación de ningún tipo. Quizá por esa razón esos funcionarios retratados por Kafka en sus novelas son una caricatura enriquecida, y en suma, más interesantes. La burocracia no es una categoría laboral, sino un destino. Ser un burócrata en buena lid requiere de mucho caradurismo. Se necesita estar acorazado con un espíritu anulado en la insignificancia, de una conciencia elemental y reptiliosa para desgastarse tras un escritorio colocando sellos y firmando papeles.” Carlos Yusti:
Burocracia.