César Mallorquí valora a los políticos, y en concreto al PSOE, según las técnicas de marketing y publicidad: “El gobierno, y muy en particular el Presidente, suele transmitir mensajes muy generales expresados de forma excesivamente vaga. Es decir, todo lo contrario de lo que exigen las técnicas de comunicación persuasiva. Esta falta de concreción, esta carencia de mensaje central en el discurso de la izquierda, redunda en el desconcierto de los votantes. La palabra «slogan» tiene su origen en la Escocia del siglo XIV, donde cada clan tenía un grito de guerra destinado a unir sus filas en medio de la batalla, fuera para solicitar ayuda o para iniciar un contraataque. A esos distintos gritos de guerra se les denominaba «slogans». Pues bien, la carencia de slogans concretos y claros en la comunicación del PSOE provoca exactamente lo contrario de lo que un buen slogan hace: abre las filas en vez de cerrarlas, dispersa en vez de unificar.” Comunicación difusa.