Juan Freire: “Como contrapunto, mientras asistimos a esta eclosión de nuevas formas de creación, buena parte de la literatura sigue anclada en el viejo y aburrido debate entre la copia legítima y el plagio ilegítimo. Cada nuevo escándalo demuestra lo difuso del límite y lo arbitrario de la toma de postura por muchos intelectuales. Es un debate propio de una cultura analógica y jerarquizada que trata, en realidad, de dirimir quién detenta la autoridad. Pero internet favorece la eclosión de redes distribuidas haciendo innecesaria la jerarquización y la existencia de una autoridad externa. Los debates sobre el plagio se hacen innecesarios si se aplica la transparencia y se reconoce que el conocimiento y el arte siempre han sido una construcción colectiva, donde los autores utilizan ideas y materiales de otros en un proceso de copia y remezcla creativa. La tradicional leyenda de la creación individual, casi en aislamiento absoluto, esconde un proceso creativo mucho más complejo en que se mezcla el genio individual con el soporte colectivo. Lo único que han hecho internet y el paradigma open source es facilitar este proceso al tiempo que lo multiplica al dar acceso a una multitud de usuarios creativos, antes forzados a ser simples espectadores.” El código del arte también se abre.