De Una sociedad partidaria, de José Luis Gómez, me interesa sobre todo esta afirmación: “La sociedad civil española es tan débil que los partidos políticos terminan creando o controlando los instrumentos que falsamente la vertebran. En realidad, no hay una sociedad civil de hecho en España, al estilo de otros países occidentales con mayor tradición democrática. El catedrático Víctor Pérez Díaz, que es el gran experto español en estas cuestiones, sostiene que tras 30 años en los que España ha sido libre y responsable de sí misma, resulta que tiene una identidad colectiva débil, que está ligada a una memoria histórica fragmentaria y confusa. Quizá por eso desatiende el futuro y tiene una escasa percepción del lugar que ocupa en el mundo. Puede que la economía empiece a ser una excepción en este escenario, pero no lo suficientemente fuerte como para arrastrar al conjunto de la sociedad.
El terreno está abonado, pues, para que los partidos políticos sientan la tentación de controlarlo casi todo, hasta llegar al campo de las emociones, como sucede con la lucha antiterrorista”