A pesar de que no he sufrida apenas en el dentista (he ido 3 ó 4 veces en toda mi vida) le tengo pánico, un miedo acústico, olfativo, sensorial, que supero con una serenidad de fachada. Antonio Martínez utiliza una novela de Fernando Iwasaki para hablar de las cáries y su historia: “El escritor peruano centra su novela en el dolor. Dolores insoportables que los matasanos de lo época, con su terrorífico instrumental, no lograban mitigar. De hecho, según Iwasaki, el Papa extendió una bula que permitía blasfemar —sin condenarse— en el caso de tres dolores: el mal de muelas, el mal de piedra (cólico nefrítico) y el dolor por almorrranas. Nada decía la bula, por cierto, del dolor del parto, que las mujeres debía soportar estoicamente sin pedir explicaciones a Dios.” El gusano de los dientes.