Daniel Reboredo, Serbia y el polvorín kosovar: “El pasado domingo, más de un 60% de los 6,6 millones de serbios con derecho a voto acudió a las urnas para elegir a los 250 miembros del Parlamento. A pesar de que estas elecciones anticipadas se explican por la voluntad del Gobierno de no dejar al debate sobre el futuro de Kosovo ocupar un lugar central en la campaña electoral, ello no ha sido así. Los resultados provisionales otorgan el triunfo al Partido Radical Serbio del ultranacionalista Vojislav Seselj, actualmente encarcelado en La Haya en espera de ser juzgado por el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia (TPIY), con un 28,3% de los votos. Más que los actos políticos, lo que ha favorecido a los radicales son los testimonios de los cientos de miles de refugiados que abandonaron Kosovo tras los bombardeos de la OTAN en 1999, perdiendo sus tierras, sus casas y sus pertenencias; de los que aún padecen los numerosos actos de violencia albanokosovares; de los que repudian los ataques vandálicos contra monumentos funerarios o religiosos o escuelas serbias y de los que temen ser abandonados a su suerte si llega la independencia.”