Silvia Senz, Lectura fácil, o la edición inclusiva: “No obstante, la prueba tangible de que el editor (español, al menos) no conoce suficientemente su oficio o no se lo toma lo bastante en serio es la dificultad para encontrar en cualquier libro de estilo editorial orientaciones referidas a las características personales del lector. Escribir y editar una obra pensando en el lector —labores que podríamos denominar «escritura y edición inclusivas»— requieren, por parte del autor, competencias específicas (competencia pedagógica, competencia divulgativa…), amén de una especial eficacia discursiva para ajustar su estilo, en lo posible, al grupo humano al que se dirige; y exigen al editor la aplicación de estilos tipográficos adecuados y de ciertos criterios de adaptación (del léxico, de referencias culturales en la traducción…).”