Lola Giménez Banzo, Si yo fuera buitre: “En mi casa el pastor salía al monte y ahí dejaba alguna oveja si se le moría y podía volver con los corderetes recién paridos colgados del morral. Se murió de viejo sin ningún problema con los buitres de los mallos. En cambio ahora que los cerdos se crían gordos y medicados en modernas granjas en las que están hasta limpios y lustrosos, resulta que hay que quemarlos. El mundo no es un escenario de cartón piedra, ni una cueva de Aladino de la que sacar recursos sin parar. La naturaleza tiene sus normas y un consejero debería conocerlas. La naturaleza es equilibrio no es justicia por eso el fuerte se come al débil. Sin embargo entre los humanos la norma cambia, porque tenemos inteligencia y corazón para cuidar del débil. Una inteligencia que hay que aplicar para legislar de forma que todas las especies podamos vivir en paz.”