Carlos Taibo pone sobre la mesa la eterna doble moral de la Unión Europea en sus actitudes ante otros países, dependiendo de la «categoría» de cada uno: “Bien es verdad que los ejemplos de doble moral abundan en la política exterior de la Unión. Meses atrás, Bruselas prohibió la entrada en territorio de la UE al presidente bielorruso Lukashenko, cuyos pecados son conocidos: manipular elecciones y reprimir, llegado el caso con saña, a una maltrecha oposición. Bien está que la Unión se tome estas cosas en serio, pero preferible sería que alguno de sus trajeados portavoces explicase por qué no se aplican medidas similares a los gobernantes saudíes y chinos. Al lector avezado no se le escapa la razón: mientras Bielorrusia no pinta nada en el desconcierto internacional, Arabia Saudí es uno de nuestros principales suministradores de petróleo, en tanto China se ha convertido en proceloso socio comercial. ¿Alguien piensa en serio que la Bielorrusia de Lukashenko es menos democrática que la Arabia de los emires o que la China de la práctica cotidiana de la pena de muerte?” Rusia, la UE y los demás
2007-01-25 04:31
El lector avezado también puede llegar a la conclusión de que la retórica humanitaria instrumentalizada es incapaz de parar los conflictos o de promover la justicia social. Tirando un poco más del hilo, incluso se puede ver como un complemento a estrategias de poder de Occidente, ya que le sirve de fachada para mantener sus relaciones de dominación.