Extracto del libro de Justino Sinova La censura de prensa durante el franquismo: “El mejor ejemplo de la arbitrariedad, la injusticia y la ceguera de la censura lo ofrece la persecución que sufrió el dramaturgo madrileño Jacinto Benavente. Durante años se prohibió a la Prensa citar su nombre, que no podía ser incluido ni siquiera en la cartelera de espectáculos. El veto alcanzó hasta los carteles publicitarios del teatro en que se representaban sus obras. Jacinto Benavente sólo podía ser aludido en los periódicos —en las informaciones y críticas y también en la cartelera— como «el autor de La malquerida» o «el autor de Señora ama», o simplemente como «un autor español», cuando su nombre no era eliminado por completo. Giménez Arnau, quien fuera director general de Prensa con Serrano Súñer, culpó de esta medida a Dionisio Ridruejo —una «crueldad inexplicable»—, aunque supuso que la orden debía de partir «de más arriba».”