Ya hace mucho tiempo que los títulos de crédito de las películas se intentan incrustar de tal modo que el espectador no puedo evitarlos. En el principio los títulos de crédito se ponían al inicio, porque se esperaba pacientemente a que acabasen, con cierto respeto, como parte del film. Ahora hay demasiada prisa: los cines se quedan vacíos un segundo después de que se acaba la acción, y las televisiones cortan en cuanto se asoma la palabra fin. Joseph Gillis analiza su historia e importancia: “Resulta curioso comprobar, en esta evolución en los títulos de crédito, cómo se ha producido con los años una modificación radical en su estructura. Como decíamos arriba, se están eliminando poco a poco de las secuencias de comienzo, con el fin de empezar a narrar cosas cuanto antes y, consecuentemente, tienden a estar mucho más cuidados al terminar la película; ahora aparecen de forma inversa, primero el nombre del director, luego los guionistas y productores y después los intérpretes principales, el título del film, el resto de protagonistas, los técnicos y músicos más relevantes y, al final, el famoso rodillo, que cada año que pasa parece más extenso.” Títulos de Crédito: la tarjeta de presentación.
2007-01-15 11:58
Claro, ahora hay pequeños trucos como dejar una aparición chistosa de un personaje secundario para después de los títulos de crédito, al menos en las películas de animación dirigidas al público infantil; allí estamos la familia al completo hasta el final. Otra cosa son los que están acompañados por una buena música: es increíble que la gente no se quede a esa “sobremesa” en que la película, además, termina de asentarse en los “estómagos” de nuestros cerebros y corazones.
Un saludo.