Carlos Muniesa: “Utilizando el ejemplo popularizado por el divulgador científico británico Simon Singh, las claves asimétricas funcionan como si dejáramos en una oficina de correos una caja de seguridad abierta y nos lleváramos la llave. Cualquiera que desee mandarnos un mensaje secreto puede meterlo dentro de la caja y cerrarla, pero sólo nosotros, con nuestra llave, podremos abrirla. El mecanismo también puede funcionar al revés: podríamos dejar cientos de copias de la llave en esa misma oficina de correos, a disposición del público, y conservar la caja en nuestro poder. Si después alguien recibe una caja y puede abrirla con una copia de nuestra llave, tendrá la certeza de que sólo nosotros se la hemos podido enviar. En este caso no hay secreto, pero hay total seguridad en cuanto a la identidad del emisor. Estos dos usos de las claves asimétricas garantizan tres aspectos esenciales para la seguridad de las comunicaciones electrónicas: la identidad de la persona que emite el mensaje, la integridad del propio mensaje y, cuando el intercambio lo exige, también la confidencialidad de las comunicaciones. Todas estas aplicaciones son aprovechadas por el DNI electrónico” Criptografía y ciberburocracia.