Se me pasó este artículo en el que Felipe Santos pone en evidencia la incompetencia y la pequeñez de España en asuntos culturales al destcar la no participación de España en una emisión excepcional vía satélite desde el Metropolitan Opera House de Nueva York: “Este acontecimiento no es sino otra nuestra más de la miopía de nuestros programadores musicales y culturales. Somos la envidia de Europa por la cantidad y calidad de nuestros auditorios: los más nuevos, los mejores. Cada parroquia grande tiene el suyo. Y debe ser un motivo de orgullo. Pero tras los fastos de la inauguración viene el encefalograma plano. Unas veces por dinero y otras, por la falta de compromiso e imaginación de los gestores de turno, normalmente políticos. Ahí está el maravilloso Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, muerto de risa, y tantos otros, en los que la música se ha dejado a un lado y el que era auditorio se ha convertido en lugar para congresos, banquetes y saraos, que, dicen, dan más dinero.” El Met se va al cine.