Viva Rumanía, viva Bulgaría es el artículo de bienvenida al año nuevo de Mariano Gistaín, y ustedes y él sabrán perdonarme que extracte el final: “Qué grandes momentos, los valses de Strauss, la orquesta sinfónica de Viena, el hijo de Raphael. Enchufar a los hijos es la primera o quizá la única misión de los padres con posibles. Por eso hay que ponerles una pensión a los 150.000 y que precinten el paleocerebro letal, el paleocerebro siempre es letal, como resume Eduardo Punset. De ahí hemos llegado con esfuerzos y guerras y muertos al concierto de año nuevo, o no acabamos nunca de llegar, pero hay que seguir. Europa ha salvado a España de si misma, la burocracia compartida aletarga la bestialidad. Viva Rumanía, viva Bulgaria, viva Ecuador, viva Honduras.”