Antonio Martínez, Destrucción del paraíso: “En julio de 2003, cuando se encontraba rodando un documental sobre las islas hawaianas occidentales, el equipo de Jean-Michel Cousteau se topó con un espectáculo de devastación hasta entonces nunca imaginado. Sobre las playas de la lejana isla de Laysan, a miles de kilómetros de cualquier lugar habitado, se extendía un interminable reguero de botellas, encendedores y restos de ordenadores. A pesar de que la isla estaba absolutamente desierta y en mitad del Pacífico, los miembros del equipo encontraron objetos provenientes de 52 países; desde cepillos de dientes o pelotas de golf, hasta el ala de un avión comercial.
Basura procedente de todo el mundo había llegado a las remotas islas de la Polinesia después de ser arrastrada por las corrientes oceánicas durante años. Incluso —según explicó el mismo Cousteau— encontraron «objetos que no habían sido fabricados desde 1960».”