Jesús García nos da algunas pinceladas de lo más parecido a la fantasía mitológica que yo encuentro en la tierra: Wall Street y el mundo de las altas finanzas: “Las fusiones y adquisiciones generan un espectacular negocio alrededor que da de comer, y de qué modo, a otros sectores. Los emolumentos, al fin y al cabo, salen de las arcas de la empresa y no necesitan, en ningún caso, ser aprobados en junta de accionistas, así que son una especie de tarjeta de crédito libre, sin fondo, sobre todo cuando la guerra entre facciones acecha.
Estos impresionantes sueldos, salarios y bonos, resultan para el común de los mortales simplemente obscenos, porque hablan de una opulencia sólo alcanzable para estos ‘Amos del Universo’, estos McCoys a los que cada día que van a trabajar les toca la lotería. Eso sí, con mucho talento y capacidad para vender un producto que siempre compran los ricos, las grandes fortunas, las instituciones.” Los nuevos ‘Amos del Universo’ de Wall Street, entre la opulencia y la obscenidad.