Los discapacitados mentales siguen viviendo en condiciones decimonónicas en muchos países europeos; Dragan Lukic y Judith Klein ponen como ejemplo la política social serbia de integración en la sociedad de estos enfermos: “Es de esperar que la decisión de Serbia sirva de inspiración para que otros estados de Europa Central y del Este sigan su ejemplo, incluidos aquellos que han logrado ser miembros de la Unión Europea. Resulta chocante el que la UE haya hecho tan poco por presionar a sus miembros y candidatos a ser miembros a que promuevan la vida en comunidad de las personas con discapacidades mentales.
Ninguno de los nuevos estados miembros de la UE tiene planes concretos de financiación para desarrollar redes de alternativas con base en la comunidad a una escala nacional. Si bien hay áreas con servicios comunitarios de alta calidad en la mayoría de los países de la región, decenas de miles de personas con discapacidades mentales todavía viven en asilos, y la mayoría de ellas no tienen perspectiva alguna de salir de ellas.” Serbia sirve de ejemplo.