Fietta Jarque entrevista a Robert Buergel, director de Documenta, la exposición de arte contemporáneo que tiene lugar en Kassel cada 5 años. Los artistas deberían boicotear las bienales.
Pregunta: En las últimas ediciones de la Documenta la política ha sido uno de los asuntos que más ha interesado a los comisarios. ¿Se centrará su exposición en esos asuntos o prefiere extenderse a otras áreas?
Respuesta: Depende de cómo se defina la política. Hay en el arte una noción retórica de lo político, que suele definirse a través de imágenes identificables de los conflictos. Algo que va desde los problemas entre israelíes y palestinos al hambre en África, los campos de refugiados o las minorías en Australia. Pero yo no estoy seguro de esta función retórica del arte. El elemento político debe estar en la capacidad de la exposición de envolver a la gente, de activarlos, de movilizarlos. Que empiecen a sentirse conectados con el mundo. Porque lo que suele suceder es que la gente ya está bien informada de lo que sucede y no tienes que contárselo, pero lo que no saben es cómo actuar o cómo intervenir para sentirse más próximos al proceso de la toma de decisiones. Este proceso de toma de decisiones está confinado a círculos muy cerrados, aunque sus decisiones afectan a todos. Creo que lo que tiene que hacer una exposición, especialmente si conecta a todas las regiones del planeta— porque Documenta sigue representando ese paradigma universal—, es activar a la gente a hacerse cargo de sí mismos, no de una forma egoísta o narcisista, sino como un elemento indispensable para construir la sociedad.