David Álvarez lleva unos días en Israel y desde allí va publicando sus impresiones. Esta sobre Jerusalén y los rompecabezas no tiene desperdicio y da para sacar muchos conclusiones (yo no lo incluyo en este extracto, pero no se pierdan el final): “Tomemos la iglesia del Santo Sepulcro, en la ciudad vieja, construida sobre el Gólgota, donde crucificaron a Jesús, y que incluye también el lugar en el que le enterraron. Cinco confesiones cristianas controlan distintas partes de la iglesia. Los ortodoxos griegos tienen a su cuidado el punto donde estuvo la cruz. Unos metros más abajo, se encuentra el sepulcro, adonde da paso un armenio, con su gorro negro y su barba blanca. [...] Es una especie de capillita que se puede rodear en menos de 30 segundos, y a la parte trasera se ha pegado otra construcción de unos cuatro metros cuadrados, que parece algo así como un pequeño puesto de castañas. Son los coptos, los cristianos de Egipto, que se han dado cuenta de que tocando esa pared trasera se toca también el sepulcro, así que han montado allí una especie de altar cubierto con un paño rojo, bajo el que guardan su manera de tocar el sepulcro. [...] No acaba ahí: los cristianos sirios también tienen una pequeña capilla en un lateral, destartalada después de un incendio nunca reparado. Y los católicos, otra, de la que se ocupan los franciscanos.”