Javier Ponce cuenta la situación de la minería en Ecuador, que según él da pocos beneficios al país y es impuesta por empresas extranjeras con la anuencia de la prensa y la presión del ejército o los paramilitares: “Otro caso ocurre en estos días en Intag, Imbabura. Allí se llegó a armar un cuerpo paramilitar, como consta de denuncias, para reprimir a la población. ¿Y cómo presenta cierta prensa lo que ocurre en Intag? Como una confrontación entre pobladores. En Intag, al igual que en Morona Santiago, las empresas se encargan de crear los enfrentamientos. Cómo no felicitarse, entonces, del juego que algunos medios de comunicación le hacen a la ambición minera. ¡Vaya modo de entender la objetividad informativa!
Existe un principio consagrado por la Constitución, que obliga a las empresas que explotan las riquezas naturales, a pasar por una consulta previa a las poblaciones. Las mineras se burlan de ese principio, aduciendo que aquello solo se refiere a las licitaciones petroleras.” Violencia minera.