Eduard Punset introduce algunas respuestas al interrogante de Para qué soñamos, aunque como casi siempre nos deja con las miel en los labios y plantea menos cosas de lo esperable: “El cerebro no ve o ve muy mal lo que hay fuera; pero no para de pensar y de predecir y de imaginar. Cuando dormimos, el cerebro amaina un poco su actividad pero muy poco: sigue consumiendo un 80% de su energía disponible.
Si no escruta la realidad que hay fuera, ya me diréis qué hace. Se dedica, por ejemplo, a dividir a los humanos en «ellos» y «nosotros» utilizando conceptos simbólicos como derechas, izquierdas, católicos, hutus, tutsis, islámicos, del Madrid o del Barça. Todos de la misma especie pero enfrentados como si pertenecieran a especies distintas. ¿A qué otras cosas se dedica el cerebro?”. Por cierto que recomiendo la lectura de los comentarios en el artículo, casi más interesantes que el mismo y de posiciones bastante encontradas a la par que argumentadas.