Carlos Fuentes, No hay discurso sin nuestra voz: “¿Qué le damos los iberoamericanos al mundo? Creo que nada más y nada menos de lo que somos capaces de darnos a nosotros mismos. En pocas palabras: democracia con seguridad pública y personal. Democracia con justicia social y desarrollo equitativo. Lo que entorpece nuestro camino son los escollos de la democracia con violencia. La democracia con pobreza. La democracia con impunidad. La democracia sin justicia tras el derrumbe de atroces dictaduras apuntaladas por la guerra fría. Hemos alcanzado sistemas e instituciones democráticas que nos aseguran, en la mayoría de nuestros países, elecciones libres, parlamentos plurales, partidos fuertes, prensa independiente y ciudadanía participativa. Pero todos estos logros coexisten con la mitad de nuestras poblaciones viviendo en diversos grados de la pobreza, con muchísimos latinoamericanos subsistiendo con ingresos de dos dólares diarios o menos, con millones de latinoamericanos excluidos de la vida económica, de las políticas educativas, e incluso de la participación política. Semejante exclusión, como ha advertido Enrique Iglesias, es insostenible. Nuestras democracias, si no resuelven o por lo menos son vistas en vías de resolver estos problemas, pueden ser avasalladas por tentaciones indeseables y tradiciones subyacentes.”