Hace unos días leía la noticia de que los mapuche llevaban a los tribunales a Microsoft por haber traducido Windows a su idioma sin su permiso; los comentarios denigraban la decisión por considerar que las lenguas no tienen propietarios. Me pareció tan simple que esperé a ver si detrás había otra cosa, algo más contextualizado que, estuviese o no de acuerdo, le diese mayor sentido a esa decisión de los mapuche. David de Ugarte la sitúa en el contexto de una larga lucha contra actuaciones monopolizadoras de Microsoft en la región: “Es decir, los dirigentes mapuches están defendiendo el derecho de su comunidad a normalizar su propia lengua y a disponer de software y herramientas de conocimiento en ella. Un objetivo completamente en línea con el manifiesto ubuntu. Pero ¿es éste el camino?
Sinceramente no puedo creerlo. Más eficaz me parece la apuesta, desde las lenguas originarias, por el software libre. No puedo dejar de ver como un error la estrategia de asociar los intereses de los hablantes de mapudungún con el concepto de propiedad intelectual. Precisamente porque ese concepto, cada vez más cuestionado en todos los ámbitos, está en el centro de aquello a lo que los Mapuche se enfrentan.” ¿Lenguas con copyright?.