Juan Urrutia da una vuelta de tuerca al concepto de distancia, invocándola como única manera de mantener el equilibrio social: “Y es que sin distancias no hay diferencias y sin diferencias no hay convivencia sino una masa informe que ni se reconoce ni puede pensarse. Sin diferencias no hay lenguaje y la gramática no es que sobre, es que no nace. No hay forma de decir nada si no sabemos distinguir, al menos el sujeto del objeto del que ese sujeto quiere predicar algo.
[...]Si mi intuición no me engaña lo que mantiene las cosas unidas es precisamente las distancias diferenciadoras. Las cosas son, por lo tanto, como un sistema de planetas que necesitan estar a distancias precisa unos de otros para organizar la atracción y las masas de forma que el conjunto mantenga al todo. Así es creo yo la sociedad, se mantiene porque los individuos mantienen las distancias y las mantienen porque hay diferencias.” Guardar las distancias