Enrique Badía llama la atención sobre un cierto «olvido» de los problemas en la universidad española en comparación con los debates organizados desde hace años al respecto de la educación secundaria (auténtica arma arrojadiza de los diferentes gobiernos). Pero los problemas en la educación superior existen y hace años que son siempre los mismos: “Es dudoso, por ejemplo, que el mercado laboral — destino lógico de cualquier egresado — tenga capacidad de absorción diferencial de semejante número de titulaciones. Y no lo es menos que haber prácticamente doblado el número de centros universitarios —no digamos escuelas y facultades—, con sus correspondientes cuerpos docentes, tiene necesariamente que haber marcado notables diferencias de calidad en la formación de licenciados y doctores, según dónde hayan cursado sus estudios. Con la consiguiente duda de si todos los centros habrán logrado unos mínimos exigibles de excelencia o alguno queda por debajo.” Mucha universidad…