Recientemente dos sentencias declaran que una página web no es responsable de lo que terceros puedan escribir en ella y que enlazar con páginas de descarga de música no es delito; Enrique Dans: “En la distorsionada y absurda visión de los demandantes y (afortunadamente) perdedores, bastaría con que un sitio dijese algo que no les interesase para, de manera automática, ponerlo fuera de combate mediante un procedimiento tan sencillo como dirigirse a él y verter amenazas o injurias contra algo o alguien protegidos por el correspondiente anonimato, para posteriormente obtener una captura de pantalla y reclamar una suspensión o una serie de daños y perjuicios. Un concepto tan absurdo en Internet que, simplemente, resultan ofensivo para la mentalidad de cualquiera que haya navegado más de una docena de veces y haya visto lo que la red ofrece. Pero claro, en el otro lado, en el demandante, nos encontramos a personas e instituciones perfectamente acostumbradas a escenarios en los que pueden campar por sus respetos porque «las leyes las hacen ellos», mediante procedimientos de todo tipo en los que, ahí sí, todo aparentemente vale y está perfectamente justificado.” La red, la ley y la lógica.