Jorge H. Andrés reseña el amor común que profesaban Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares por el tango argentino, según cuenta el segundo en su biografía del primero: “Más asombrosa todavía resulta la manera de recordar el tango instrumental que los había ayudado a imaginar una fantástica mitología arrabalera. Las mejores orquestas típicas que han existido continuaban actuando y grabando, pero ellos preferían escuchar sus primitivos en malos «discos de trapo», como denominaba Borges a los fonogramas flexibles que acompañaban ciertos fascículos, o en las versiones adulteradas de Los Muchachos de Antes, un trío de clarinete, guitarra y contrabajo formado en 1958 por músicos de jazz en crisis – Panchito Cao, Malvicino, Nicolini – que todo lo tocaba igual, sin pasar de los dos minutos, y a ellos les parecía «una orquesta de gorriones».” Borges, Bioy y los viejos tangos