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Dos puntos comillas por Jaime Rubio Hancock

Jaime Rubio Hancock es uno de los periodistas más reputados del país (ignoramos cuál). Cofundador de la revista Playboy, fue director de The New York Times entre 1987 y 1992, cuando se convirtió en el primer menor de edad en dirigir una publicación diaria. Desde las páginas de ese diario se opuso a la guerra de Iraq, destapó la trama del Gal y predijo la Revolución Francesa. Actualmente publica en Libro de Notas cada jueves esta serie de entrevistas que, según nueve de cada diez dentistas, jamás tuvieron lugar.

Flavio Briatore: "Las empresas no valoran a las personas mayores"

Flavio Briatore es el hombre que todos queremos ser algún día: trabaja dos horas cada dos semanas, tiene algún que otro barco, está rodeado de modelos y de botellas de champán y le sienta el tanga como a nadie.
Sin embargo, últimamente su nombre se ha visto vinculado a un escándalo que sin duda ha conmocionado a todos los aspirantes a playboy del mundo: al parecer, Renault habría obligado a Nelson Piquet Jr. a estrellarse en una carrera, para que Fernando Alonso pudiera ganar.
En cuanto supe la noticia, acudí raudo y veloz al yate que Briatore tiene amarrado en Cerdeña. Por desgracia, me dio una rampa cuando estaba a dos kilómetros de la costa de Castelldefels y no pude seguir nadando, así que tuve que realizar la entrevista por teléfono, mientras me recuperaba de la mordedura de un tiburón, del ataque de un ejército de medusas y de las agujetas.
“Bravo, Fernando”, me saluda efusivo. Le explico que soy Jaime Rubio, el intrépido reportero de Libro de notas y me contesta que “bravo, Fernando”. Le pregunto directamente por su estado de ánimo y me explica que lo está pasando mal: “Me siento como un inútil. Piensa que hasta hace nada, semanas, era el principal responsable de un equipo de Fórmula 1. Imagina el estrés: los viajes en primera, ponerme mis gafas azules, mirar las carreras enteras, invitar a señoritas de buen ver a celebrar el resultado… Y ahora me veo obligado a vagar de playa en playa, justo cuando viene el frío… ¡Es terriblemente injusto! Y encima en época de crisis”.
Ahí tiene razón: don Flavio es un señor mayor, aunque bien conservado, y por tanto le va a resultar más que complicado encontrar una empresa que quiera contratarle. “La cosa está muy mal. Tengo ya treinta y siete años (aunque aparento menos) y las empresas no valoran a las personas mayores. Además, Zapatero nos ha subido el iva a todos, incluidos a nosotros los parados pobres prepensionistas. ¿No decías que ibas a subir los impuestos sólo a los ricos? ¡Yo no te voté para esto!”
Tengo que preguntárselo: ¿es cierto que envió a Piquet contra las vallas? “Hombre, pues claro que es cierto —me dice en tono condescendiente y mientras me da un par de palmaditas en el hombro, cosa que me acojona sobremanera, ya que la entrevista es telefónica—. En los buenos tiempos de la Fórmula 1, los grandes se estrellaban para ganar campeonatos: Prost se estrelló contra Senna, Senna contra Prost, Schumacher contra Hill, Schumacher contra Villeneuve, Schumacher contra un señor que le miró mal, Schumacher contra…” Le pido que vaya al grano: “Pues eso, que primero le propusimos a Alonso que se estrellara para ganar la carrera, como han hecho todos los grandes, pero después de varias horas de discusión, nos dimos cuenta de que la idea no tenía tanto sentido, aunque a otros les hubiera salido bien. Son otros tiempos, claro. Así que le dijimos a Piquet que se diera el piño él. Tenía experiencia en estrellarse, así que sabía cómo hacerlo”. En este sentido y según admite, se lo comentaron de pasada, “sólo por si justo esa vez le daba por acabar. Nuestro principal temor era que le diera a Alonso”.
Aprovechando que menciona el nombre del primer ministro del gobierno español, Fernando Alonso, le pregunto si finalmente irá a Ferrari: “¿Cómo quieres que lo sepa? —Contesta—. Sólo soy su manager, bastante tengo con organizarle los conciertos. Bueno, si le llega el sueldo, se comprará uno, supongo”.
Volviendo al tema de su destierro de los circuitos, lo que Flavio no entiende es el revuelo que se ha organizado con la trampa. “Entiendo que Piquet esté resentido —explica—, pero él me acusó de amañar una carrera y yo le llamé marica. Está claro que gané la discusión, ¿no?”
Nada más cierto. Cualquier disputa se gana con un insulto a tiempo, un bofetón y una carrera para buscar refugio. Lo sé muy bien. He perdido tantas.

Jaime Rubio Hancock | 01 de octubre de 2009

Comentarios

  1. LasobrinitadeFlavio
    2009-10-01 11:59

    Sé lo que sufre mi amore Flavio con las carreras, porque yo me angustio horrores cuando me salen en las medias y estamos en Mónaco sin ninguna shop abierta.

  2. pertegaz
    2009-10-01 13:26

    Acojonante¡¡

  3. orayo
    2009-10-01 13:39

    Pobre Flavio, ahora le tocara pasarse el dia entero en casa con su mujer…

    salu2!

  4. chicolini
    2009-10-01 18:03

    “Pues eso, que primero le propusimos a Alonso que se estrellara para ganar la carrera, como han hecho todos los grandes…

    …le dijimos a Piquet que se diera el piño él. Tenía experiencia en estrellarse,…

    … sólo por si justo esa vez le daba por acabar. Nuestro principal temor era que le diera a Alonso”.

    xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

  5. El Hombre Sentimental
    2009-10-02 18:52

    Sr. Rubio, ha tardado usted en volver, pero lo ha hecho en inmejorable forma. Debe saberlo: es usted beneficioso para mi salud. :-) Gracias mil por estos momentos y viva la madre que le parió (con perdón).


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