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Dos puntos comillas por Jaime Rubio Hancock

Jaime Rubio Hancock es uno de los periodistas más reputados del país (ignoramos cuál). Cofundador de la revista Playboy, fue director de The New York Times entre 1987 y 1992, cuando se convirtió en el primer menor de edad en dirigir una publicación diaria. Desde las páginas de ese diario se opuso a la guerra de Iraq, destapó la trama del Gal y predijo la Revolución Francesa. Actualmente publica en Libro de Notas cada jueves esta serie de entrevistas que, según nueve de cada diez dentistas, jamás tuvieron lugar.

Juan Pablo II: "Yo hubiera preferido ganar el Nobel de Física"

Lo sé, lo sé: los cientos de miles de lectores de Libro de Notas, además de algún centenar de lectores de otros medios de menor envergadura (Cahier de Notes, Das Notizbuch, The New York Times, Llibre de Notes) estaban preocupados por mi salud. No en vano, los rumores eran alarmantes. Se publicó que la balsa con la que cruzaba el Amazonas había volcado, dejando mis zapatos de piel de cocodrilo (amazónico) perdidos; también se comentó en algún foro por internet que Marcos Taracido me había retado en duelo y me había vencido, dada su maestría en el manejo del sacacorchos; incluso llegué a leer declaraciones supuestamente mías en las que explicaba mi horrible experiencia en una secta que rendía culto a la publicidad de los años ochenta y esperaba la venida a la Tierra de Manuel Luque para buscar, comparar e incluso comprar en caso de encontrar algo mejor.
Pero no.
Todo falso.
Excepto lo de la secta y lo del duelo.
Los zapatos eran de piel de serpiente.
Pero lo principal es que estuve trabajando para conseguir la que yo creo que es mi mejor entrevista.
Lamentablemente perdí la grabación y los apuntes. Nada más terminar y mientras estaba sumido en mis reflexiones acerca de la conversación que acababa de tener, me atropelló un camión de dieciocho ruedas. Por suerte, sobre mi otrora apolíneo y ahora desportillado cuerpo sólo pasaron siete u ocho.
Desperté varios días más tarde en un hospital. Sólo recordaba que la charla había sido profunda y reveladora, y que una vez transcrita y trabajada removería los cimientos de la sociedad tal y como la conocemos.
Por desgracia, insisto, lo perdí todo, incluso mis recuerdos, y Tinky Winky se ha retirado a un monasterio budista por un periodo de al menos un año. De todas formas, tengo prevista una escapadita de fin de semana al Tíbet en noviembre o diciembre, así que espero poder disponer de diez o doce minutos para retomar la conversación donde la dejamos, justo antes del atropello.
Salí del hospital el lunes por la mañana. Los lectores de El Mundo y puede que también los de Libro de Notas comprenderán que es poco tiempo para elaborar una de mis entrevistas. Para entrevistar a ciertas personas tengo que pasar por incontables e interminables trámites. Las conversaciones se alargan horas, ya que yo no me conformo con preguntas como “¿por qué le ha puesto ese título a su disco?” o “¿qué proyectos tiene para el futuro?”. Yo voy más allá. Y eso por tanto implica también que la redacción de las entrevistas conlleva un proceso de elaboración y escritura complicado y costoso. Pierdo peso y todo. Y eso que estoy ya delgadito, no pesaré más de ciento setenta y ocho quilos. Mi madre se lleva las manos a la cabeza y luego a la nevera en cuanto me ve tan escuchimizado como estoy.
Pero yo no me podía conformar con una entrevista de segunda división. Y menos para dar comienzo a la que será, dos puntos:

La segunda temporada de Dos puntos comillas

Hacía falta algo contundente, algo que llamara la atención, algo potente. Pero Tinky Winky estaba en etcétera. ¡Y no se me ocurría nadie más!
Hasta que un titular en prensa llamó mi atención. Joaquín Navarro-Valls aseguraba en El Mundo que Juan Pablo II podía ser santo antes de final de año. La noticia me sorprendió. Primero porque pensaba que el que había muerto era Michael Jackson y no el Papa. Segundo (como Juan Pablo), porque nunca había entrevistado a un santo, aunque sí a un dios (Sarkozy).
Algún incauto puede pensar que entrevistar a un santo (o futuro santo) es una tarea complicada. Miles de llamadas telefónicas que realizar, escritos que enviar, intermediarios a los que sortear. Pero no. Al ser santo, basta con rezar. Evidentemente. Si no fuerais todos unos ateos de mierda, ya lo sabríais. Ya me reiré de vosotros cuando ardáis en el infierno. Pero poco, por aquello de la caridad cristiana.
Total, que armado con mi vela, un rosario y de rodillas, le pedí a Juan Pablo II que se me apareciera y contestara a unas preguntillas para Libro de Notas. A lo que accedió con un “bueno, si es para Libro de Notas”.
Para romper el hielo, no pude dejar de preguntarle por qué le había puesto ese título a su disco, a lo que contestó que la frase que ha escogido “explica muy bien mi estado de ánimo; estos últimos meses he estado experimentando cosas nuevas en la música, probándolo todo, abriéndome a sonidos diferentes; de ahí el título”.
Después de hablar de sus nuevos proyectos (un musical basado en la vida de Gregorio XIII titulado Calendario del amor) llevo hábilmente la conversación al terreno de la santidad. “Pues mira, me parece como que muy bien que me nombren santo —explica—, al fin y al cabo, yo era muy buen tío: una vez le presté dinero a un amigo y no se lo pedí en dos o tres semanas. Aunque yo hubiera preferido ganar el Nobel de Física”.
La declaración me sorprende, pero II se explica: “Yo sé mucho de física, leí por lo menos dos o tres libros y en seguida perdoné a Galileo. ¿Sabías que los electrones tienen carga positiva? O negativa, nunca me acuerdo. Y que los físicos matan gatos. Eso me parecería fatal sino fuera porque al mismo tiempo NO los matan”.
Al parecer, según II, son sus investigaciones sobre los gatos muertos que no están muertos los que deberían haberle hecho merecedor del Nobel de Física. II hizo experimentos con cientos de gatos. “Los metía en una caja hasta que morían asfixiados –explica— y luego intentaba demostrar que en realidad no estaban muertos porque había una partícula cuántica (el bosón de Wojtila) que los convierte en vampiros. Lo conseguí con uno de ellos”.
En mala hora, al parecer, porque el gato vampiro sembró el pánico por el Vaticano, causando la muerte de centenares de turistas y varios soldados de la guardia suiza, a los que dejó sin sangre en sus venas. Experimentos posteriores le permitieron fabricar un ejército de gatos zombi que asolaron Roma durante semanas en 2004, como los lectores de Liburu-egunkaria recordarán.
“Fue un gran paso para la ciencia, aunque reconozco que un mal trago para muchas personas, que vieron cómo unos gatos se comían sus cerebros. Pero el caso es que demostré que Schrodinger tenía razón, aunque había sido incapaz de prever todas las consecuencias de su teoría”.
II se ve obligado a dejar la conversación en este punto. “Tengo que volver al cielo —comenta—, es la hora de cenar. Podría cenar más tarde, pero es que he quedado con Santo Tomás de Aquino y con Nacho Cano. Sí, está en el cielo. A mí también me sorprendió. Al parecer y a pesar de que nadie se ha enterado y a nadie le importa, lleva cuatro años muerto y se arrepintió en el último momento de haber grabado todos esos discos y compuesto esas canciones repugnantes”.
Curioso. Porque si recitas “sombra aquí, sombra allá” doce veces frente a un espejo, se te aparece un grupo de diablillos de medio metro de altura, que ejecutan el más horrible de los números musicales al son de En tu fiesta me colé. Ah, Dios es misericordioso hasta el infinito. Si por mi fuera, los tres componentes de Mecano hubieran comenzado a sufrir los tormentos del infierno antes de nacer.

Jaime Rubio Hancock | 24 de septiembre de 2009

Comentarios

  1. Alberto
    2009-09-24 12:17

    Espera un momento… ¿hubo una primera temporada? ¿Puedo ver tu contrato?

  2. Jaime
    2009-09-24 12:47

    http://www.barraquito.net/ficheros/contrato.gif

  3. Merche
    2009-09-24 21:01

    ¡¡¡Tengo que probar lo del espejo!!!

  4. El Hombre Sentimental
    2009-09-25 12:20

    Bravo!!! Bravo!!! Bravo!!!

  5. jose maria
    2009-09-26 03:03

    Uisss…casi!. A punto estaba de quitarlo de mi lector rss!. Desde el 11/2/2009 ni mú!. A este lo han hecho, por fin, ministro de vivienda (por eso no se le oye).
    en fin… que plas!! plas!! plas!! (o como suenen los aplausos)

  6. Aloe
    2009-09-26 23:07

    ¡Por fin!
    La perseverancia (y en mi caso la pereza de actualizar los marcadores) han tenido su recompensa.
    Para que luego hablen mal de la vagancia. Si, algún día me apuntaré a eso del lector rss. En cuanto tenga un rato.

  7. Mi opinion es...
    2009-09-29 01:02

    Pues igual yo perdia las esperanzas ya, aunque el limite para borrarlo lo estableci para el 2012 aprovechando que se acaba el mundo, ps de pasadita que borrara mis marcadores.
    Una observación Jose María: los aplausos suenan clap! clap! clap! pero k falta de cultura…

    Me encantan tus entrevistas, bailare la macarena solo por eso :-)

  8. udogi
    2009-09-30 04:38

    Queremos la entrevista íntegra con las fotos y poses de Tinki Winky.


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