Útiles en Movimiento es una conversación ininterrumpida. Una entrevista mensual a distintas experiencias que puede ayudarnos a entender y avanzar en eso que se llama “Movimiento 15M”. Un intento para entresacar experiencia concretas, planteamientos novedosos, preguntas inquietantes y respuestas alocadas. Intentaremos ser amenos y comprensibles.
“Todo las ideas, lo que hicieron nuestros padres, será pronto sepultado por los glaciares”
(Los Punsetes: Los Glaciares)
“Inténtalo: Apaga este motor en movimiento. Mi máquina de baile no cabe en tu corazón pequeño”
(Joe Crepúsculo: Mi fábrica de Baile)
La situación que habitamos desde hace ya unos meses, pero que últimamente se ha vuelto más palpable para todo el mundo es la del bloqueo. Estamos bloqueados. Resumo dos elementos del bloqueo.
1.- El gobierno tumba la ILP de la PAH y aprueba una reforma hipotecaria tan inútil como descafeinada.
2.- En el último consejo de ministros el mismo gobierno reconoce que el paro no va a bajar. Expone, de forma clara dos cuestiones 1.- Que sus medidas para dinamizar el mercado laboral han producido más paro; 2.- Que no tiene otras y que, básicamente, no tiene voluntad y/o capacidad de acción. El PSOE, ante esta evidencia ha propuesto un pacto de estado para resolver el problema. Porque la situación, además de bloqueada, también puede ser cómica.
El primero de los elementos demuestra que cuando hay movimientos fuertes, capaces de elaborar propuestas, establecer dinámicas de presión, etc. el gobierno no se puede permitir el lujo de su escucha. No puede aceptar el más mínimo margen de mejora porque entonces toda la potencia social organizada exigirá y se organizará para conquistar sus propias demandas. De ahí una parte del bloqueo.
El segundo de los elementos demuestra que en ausencia de movimientos fuertes el gobierno ya ha elaborado sus políticas esta legislatura y sólo negocia que los nuevos ajustes estructurales demandados por Europa lleguen cuanto más tarde mejor.
En cualquier situación normal, con este nivel de movilización, estos datos económicos y la evidencia de un gobierno que reconoce que su legislatura está agotada, se convocarían elecciones. Por ese motivo no serán convocadas. El Partido Popular sabe que es muy probable que nunca vuelva a tener tanto poder como el que tiene ahora. Sabe que es muy probable que pierda las próximas elecciones y sabe, sobre todo, que su lectura cultural de la crisis y de su modelo de sociedad está muerto y, de momento, no tienen recambio.
El problema es que por el camino aquí abajo cada vez estamos peor. Peor de renta, peor de régimen de vida y peor de ánimo. Las movilizaciones son en este momento más bien mecanismos de catarsis colectiva cuando la situación se empieza a volver insoportable que mecanismos de conflicto y opinión pública. Esa lógica no tiene nada de malo, al contrario, el poder nos quiere tristes y es un lujo que no nos podemos permitir. Ante esta situación se ha introducido de alguna forma dos preguntas: ¿Cómo ganar? Y ¿Qué hacer mientras tanto?
A la pregunta de cómo ganar se han generado tres visiones. Una sería la de la vía insurreccional en clave de conflicto (la convocatoria del pasado 25A a asediar el congreso sería esa idea). Otra sería la via insurreccional no tanto por la vía del conflicto, de la confrontación directa con el estado, sino produciendo un desplazamiento fuerte de su poder que le obligue a abrir de nuevo la situación (una especie de reedición de lo sucedido el 15M de 2011 pero enfocado a dicha disolución). En tercer lugar una apuesta por la vía electoral en clave tanto de frentes de izquierdas más o menos amplios, más o menos originales o intentando plantearla en términos mucho más abiertos y heterodoxos vinculándolo al ADN de los movimientos nacidos en los últimos dos años.
Las tres son opciones con distintos niveles de elaboración, potencia, etc. y que, más o menos, circulan en la cabeza de la gente. Sin embargo, la idea del ¿Qué hacer mientras tanto? tiene bastante menos cabezas puestas en su seno y creo que es clave. Porque si no hay un mientras tanto, si no hay procesos materiales, si no hay un “hacer sociedad” mientras, no solo no hay supervivencia sino que no hay imaginación del mañana posible. Dos líneas posibles en este sentido.
A.- El trabajo que lleva a cabo la Obra Social de la PAH puede ser un buen ejemplo. Lo que hacen básicamente es tomar edificios abandonados para que sirvan como vivienda de personas afectadas por las hipotecas. Negocian, a partir de las ocupaciones, con los bancos dueños de los inmuebles alquileres sociales. Es una manera de llevar a cabo la ILP rechazada por el gobierno en términos materiales concretos. Cualquier idea para satisfacer nuestras necesidades colectivas de forma directa “mientras tanto” es una buena idea.
B.- Experimentando nuevas formas de presión (que quiere decir nuevas formas de organización). El próximo 9 de Mayo, en el contexto del segundo aniversario del 15M se prepara “Toque a Bankia” una acción para bloquear el mayor número posible de oficinas de bankia durante el mayor número posible de horas con acciones más lúdicas que de gran conflictividad. Abrir por tanto la posibilidad de desobedecer a cualquiera. Y hacerlo además de forma distribuida y usando la red. Igual que la práctica del escrache se ha generalizado y ya se usa en otros conflictos como el sanitario o los laborales, aquí podemos encontrar innovaciones para afrontar esta fase.
Satisfacción directa de nuestras necesidades colectivas y nuevas formas de organización. Movilización para encontrarnos, celebrarnos y evitar que nos pueda la angustia y el tedio, paciencia y adelante con los faroles.
Cuando el 1% quieren bloquearlo todo, el 99% tiene que ponerlo todo en marcha.