1.- Yo debería hablar del aniversario del 15M aquí, por fechas es un poco lo que toca, pero como hace unos días escribí algo al respecto y, de momento, no tengo mucho nuevo que decir, para qué me voy a repetir. El texto se llama Siete Notas sobre la experiencia 12M15M en Madrid y está disponible, así que no perdamos tiempo. No hay, de hecho, tiempo que perder.

2.- “La prima de riesgo ha llegado a 500, Bankia nos roba el dinero y gobierno y oposición dan palmas. Y no hay grandes hogueras en las calles, no hay políticos colgando de largos palos, no hay una insurrección popular que arranque el poder de las manos de estos ladrones”. Estas reflexiones son un poco lo que se puede cocinar últimamente en las redes sociales, en la epidermis comunicativa. Son reflexiones llenas de desesperanza y cierto cinismo. Y son problemáticas por muchos y variados motivos. Principalmente tres:

Parten de que a toda acción le corresponde una reacción que se produce de forma simétrica y directa y esto casi nunca es así. Las reacciones de un cuerpo social complejo siguen tiempos propios e inesperados, aparecen de improviso, sin avisar y por los motivos aparentemente menos claros. Son muchas veces procesos subterráneos de acumulación emocional que se liberan en un momento dado y que no siguen el ritmo mediático ni activista (que muchas veces es una forma de conjugar lo mediático).

Impiden pensar los problemas reales de los procesos reales. En el fondo, son afirmaciones muy reaccionarias en la medida en que no saben cómo o dónde identificar una potencia. Son, además, exculpatorias, te permiten no comprometerte con nada en la medida en que, en la imagen que has producido, nadie más lo hace. Son memes, lugares comunes sin nada debajo, pasiones tristes que impiden la critica, que por definición sirve para mejorar las cosas, no como para dejarlas como eśta.

Son falsas desde un punto de vista objetivo. En términos cuantitativos (que parece ser lo único que se mide en estas argumentaciones) al menos (cifras policiales) 30.000 personas se manifestaron solo en Madrid el pasado 12 de Mayo. Una semana después, hubo una huelga estatal en la educación, a día de hoy se mantiene el encierro en la universidad de Sevilla; hoy mismo, unas horas antes de escribir este texto, un grupo de personas realizaba una acción en el metro de Madrid parando durante unos minutos las líneas para protestar por la subida del precio. Tanto en Sevilla como en Sabadell se han ocupado estos días edificios para albergar a personas deshauciadas. Desde hace ya dos semanas una cacerolada permanente acosa la sede de la Caixa en Barcelona. Son ejemplos elegidos en un vistazo rápido en la red. Hay más, muchos más. Solo que nadie los nombra juntos.

3.- Permitidme ahora hablar de cacerolas. El cenizo (esa forma de estar en el mundo) ve lo siguiente. Ayer, debido a que la prima de riesgo alcanzó los 500 puntos y tal y como se había decidido en la última asamblea general de Sol, se convocaron caceroladas en las plazas de las ciudades para protestar por el expolio financiero. En Madrid, a las ocho de la tarde había 500 personas haciendo ruido. Poca gente para la gravedad de lo que está sucediendo. El cenizo solo tiene interés en constatar este dato (que además le exculpa de cualquier responsabilidad al respecto) en vez de pensar sobre él. Hay dos formas de pensar sobre el dato. Una es a partir de lo que debería ser y otra a partir de lo que es. A partir de lo que debería ser pues podemos irnos a casa a llorar y no volver jamás a ninguna plaza. A partir de lo que es podemos pensar otras cosas.

Podemos pensar que es necesario, para que una actividad de este tipo funcione, que haya tiempo suficiente para que la gente la incorpore a su rutina, quizás convocando unos días después, dando tiempo a diseminar el mensaje. Podemos pensar en que no hay una ecuación directa (lo comenté antes) entre rabia y respuesta, sino un acumulado.

Podemos pensar también que una acción concreta o se sitúa en una narración concreta de las cosas que la explica (viene de aquí, va hacia allá) o su funcionalidad es poco clara. La pregunta, entonces, no es “¿cuantos debemos ser?” sino “¿cómo ser más de los que somos?” “¿Cómo hacer las cosas mejor en vez de no hacer las cosas?”

4.- Hablemos, finalmente, de herramientas. Este espacio se llama Útiles en movimiento, hablemos de un par de ellas que han surgido en las últimas semanas y meses.

Tomaparte: Toma Parte es un espacio web dónde convergen profesionales del derecho, gentes de la comunicación y los movimientos sociales. El proyecto plantea ser una especie de plataforma de Crowfunding que a través de suscripciones permitirá a las personas socias apoyar procesos jurídicos en un contexto de privatización de la justicia.

15mpaRato: Es un proyecto para, simple y llanamente, conseguir procesar a Rodrigo Rato como primer implicado en la trama de Bankia (digo primer porque la lista es larga y va hacia muy atrás). Un espacio de colaboración ciudadana para elaborar una denuncia colectiva que ponga en relación a profesionales del derecho con accionistas de Bankia que han visto como su dinero se esfumaba tras hacerles promesas de convertirse en Bankeros.

Fixmedia Fixmedia es una herramienta y una red social que te permite “tunear” las noticias de los medios de comunicación y mejorarlas, añadirles fuentes, señalar sus errores, contrastarlas, etc. Y compartir la noticia o el texto con el resto de los usuarios con las mejoras. En un momento de recortes en los medios de comunicación dónde las redacciones no tienen reporteros para cubrir como es debido las noticias y casi todo son notas de agencia o versiones policiales y/o de los gabinetes de prensa de partidos políticos, asociaciones, gobiernos o empresas, favorecer un sistema de democratización de la información que genere versiones fiables y contrastadas es más que un ejercicio de periodismo, es un ejercicio de democracia.

Pd.- La última vez que leí muy a menudo Aquí no pasa nada, pasó el 15M.