1.- El pasado mes de Mayo se convocó una gran movilización por el aniversario del 15M. En ella participaron decenas de miles de personas. La delegación del gobierno anunció prohibiciones, cierres, detenciones, impedimentos. Hubo un poco de eso, menos de lo prometido. La sensación al salir de allí es que seguíamos siendo muchísima gente, pero que la capacidad de condicionar la realidad (la capacidad de producir conflicto dicen nuestros mayores que se llama) había disminuido. Éramos, de pronto, algo que no habíamos sido nunca: “Opinión Pública”. Bellos e ignorables a partes iguales.

2.- La conversación sobre el asunto se daba siempre en lugares que no eran los lugares dónde, tradicionalmente, se tienen estas discusiones. Era en bares, no en asambleas, en tweets, no en comisiones. Lo informal, los espacios que no tienen la rígidez de la organización, los lugares blandos tenían un debate que luego no se daba en las estructuras organizadas. Esas estructuras, incapaces de pensarse a si mismas y reordenarse en el nuevo contexto, empezaron a vaciarse de sentido… Y detrás del sentido, empezaron a quedarse sin gente. Los arrecifes de cooperación se empezaron a secar. Hasta que un día una cosa llamada “Plataforma En Pie” dijo que iba a Tomar el Congreso.

3.- La reacción a esta propuesta fue doble. Por un lado una reacción de pares contrarios: “Si o no” “O conmigo o contra mí” que afectaba a la propia plataforma y a algunos de sus detractores y por otro lado la reacción de quién entiende que la realidad tiende a la complejidad y no a la simplicidad y proponía “No, pero sí” o “Sí, pero no así”. El 15M se desplegó durante los últimos meses de Agosto no como organización y sujeto, sino como metodología y formas de hacer. Lo hizo, además, teniendo una conversación radicalmente pública que para sí la querría el PSOE ahora que dice que tiene que pensarse. Una conversación que los medios llamaron “crisis” y “ruptura” solo porque están acostumbrados a que una conversación produzca resultados distintos a lo de los puntos de partida. A principio del mes de Agosto yo creía que la idea de ir al congreso el 25 de Septiembre era una locura suicida. Y esa conversación me convenció de lo contrario. Y me quitó el miedo de encima. Poca broma.

4.- El método 15M le dijo a la plataforma En Pie: tienes que ser transparente e incluyente, tienes que ser radicalmente democrática, tienes que ser no-violenta. Es más, dijo, “vamos a hacer lo que tú dices, pero lo vamos a hacer siendo transparentes, incluyentes, democráticos y no-violentos”. La metodología 15M hackeo la convocatoria. Para articular la propuesta nació un espacio organizativo “La Coordinadora 25s” y nuevos logos; “Rodea el Congreso” es el más exitoso.

Lo que me interesa es la dinámica de funcionamiento. Un espacio se queda sin sentido y otro espacio lo sustituye, como un parche que ponemos en el sistema operativo que tenemos para que siga funcionando y se adapte al momento. Pero, ¿cómo es ese espacio? Es un espacio que sale de un lugar de anónimato (nadie sabe quién son las gentes de En Pie) y como un espacio de cualquiera (como la convocatoria de En Pie no era un espacio de cualquiera el método 15M lo hackeo para que lo fuera).

5.- Es 25 de Septiembre y decenas de miles de personas rodean el congreso durante casi una semana en convocatorias que se van incorporando. Se lanza una nueva convocatoria para 23, 25 y 27 de Octubre. La estructura organizativa se mantiene y articula el espacio. Los sindicatos convocan la huelga general para el próximo 14 de Noviembre. El calendario de movilizaciones se va encadenando… Ese calendario orientado a ser el cincuenta por ciento de un binomio destituyente/constituyente del que sólo hemos abordado organizativamente el 50% de ese binomio. Pero el otro 50% requiere de respuestas nuevas.

6.- ¿Cómo podría articularse en lo concreto un “Proceso Constituyente”? Para empezar recordemos que no habrá proceso organizativo si no respeta el “código fuente” del Software con el que estamos funcionando desde el pasado 15M: Inclusividad, democracia y horizontalidad, transparencia, participatición activa, organización analógica y digital.

En segundo lugar pensemos qué quiere decir “Constituyente”. Es una arquitectura común para mirar hacia adelante. Es la arquitectura del presente inmediato y de un cierto futuro. Es más un acto de amor que de odio. Un acto de creación, de comunidad.

En tercer lugar recordemos que es un modelo no particular. No es el “modelo de organización social de los no-se-qué” sino el marco para todo el mundo. La participación, por tanto, de todo el mundo sin apriorismos es muy importante. El gobierno intentará por todos los medios reducir el proceso a una cuestión de bandos. La participación generalizada es clave para escapar de ese cepo.

Recordemos también que se trata de un “proceso” y que, por tanto, las formas organizativas que hemos construido para articular eventos no sirven. La arquitectura de la asamblea unitaria no sirve. La lógica del pensamiento situado exclusivamente no sirve. Se necesita un espacio con capacidad de funcionar en red, de pensar a medio plazo, de secuenciar fases y, sobre todo, escalable.

Del Software Libre hemos aprendido que se puede ser extremadamente abierto a partir de unas pocos principios muy rígidos e inquebrantables. Que no hay participación sin límites y estructuración. Que tender a la complejidad es mejor que tender a la concentración.

Del 15M sabemos que los Trolls y los Free Riders solo se aprovechan de las estructuras débiles organizativamente, excesivamente simples en su estructura.

Complejidad. Imaginación. Y adelante con los faroles.