Se pretende ir construyendo, los días 10 y 20 de cada mes, una antología personal de poemas (que no de poetas) de autores más o menos contemporáneos, más o menos conocidos. Los poemas tienen en común el ser lo suficientemente cerrados para producir una sensación/idea compacta y lo bastante abiertos como para que además emerjan nuevas significaciones con cada nueva lectura. La autora es profesora del Departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Psicología de la UCM.
Las noches eran amapolas en el reverso de la luz, amapolas sombrías.
Yo llevaba un perfume de oscuridad y carmín de tristeza en los labios,
y hombres sin sombra vertían en sus copas una bebida amarga y ambarina
que ellos llamaban oportunidad y yo llamaba desaliento.
Yo viví en otro tiempo bajo un toldo pintado de sangre.
Mi desesperación resonaba en el aire con el sonido agudo de una trompeta plateada
y los gallos cantaban al amanecer como heraldos
de la miseria. Entonces yo llevaba
el corazón colgado de una fina cadena,
en mi cuello nevado
parecía un rubí.
En aquel tiempo, yo tenía
la edad incalculable de mi miedo…
Ana Isabel Conejo
de Colores. (La Garúa, 2006)