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El receptor por Jónatan Sark

Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.

Aproximativas revisiones transitorias reflexivas

Tras el repaso a las series nuevas del año siempre me queda la duda de si no habría sido necesario también un repaso de las que no eran nuevas. Sin premios ni nada, que se pierde mucho tiempo en esas tonterías y yo llevo fatal tener que elegir. Pero si cuesta hablar sólo de las novedades imagínense hablar también de todo lo demás.

Me temo que esas revisiones tendrán que quedar para columnas concretas, esas en las que explique como la estandarización de The Big Bang Theory ha matado una serie apreciable convirtiéndola en… bueno… un éxito de público, a semejanza de Dos Hombres Y Medio, metiendo dinámicas de pareja que ya eran innecesarias cuando sólo se hablaba de una en la que que sólo se sostiene el buen hacer de Mayim Bialik como She-Sheldon y que ha logrado que sea no ya la comedia más vista con picos de casi 20 millones de espectadores sino, directamente, uno de los programas más vistos de televisión. En el proceso ha pasado de ser una serie sobre unos científicos aficionados a las subculturas a ser una serie que se ríe de unos científicos, es decir, ha pasado a ser lo que uno hubiera esperado de la televisión americana leyendo la sinopsis.

La sinopsis es importante, por cierto, porque así podemos ver todas esas series que hay de padres recientes y de grupo de amigos con diferentes tipos de relaciones amorosas y, últimamente, de grupo de amigos con diferentes tipos de relaciones amorosas que acaban de ser padres. [Podría ser peor, podría ponerse de moda el cáncer.]

La verdad es que el panorama no es muy halagüeño, terminan muchas buenas series y otras muchas parecen condenadas en sus respectivos canales. Más aún ahora que la FOX parece instalada en la autocomplacencia y la NBC perdida en acción, mientras la CBS es la mejor jugadora con un repertorio de viejos trucos y sólo la ABC y la CW parecen decididas a intentar alguna cosa nueva. Y de las otras cadenas para qué hablar, la HBO sigue sin entender cómo perdió su mojo, la AMC está montando el follón del año con los showrunners enfrentándose a los de Mad Men, desgastando a los de The Walking Dead, que suma ya el tercero en cuatro temporadas, y cerrando tras bronca con la cadena Breaking Bad. En la acera contraria el canal más agradable para los creadores, FX, está permitiendo y uno casi pensaría que alentando que Louie se tome un sabático. Que sí, que mejor eso que un bajón de importancia pero… ¡Rayos! El resto, de Starz a la IFC son fundamentalmente marginales y toda la novedad que parece que lograremos tener es la que vendrá —como siempre— de los distribuidores alternativos.

Aprovecho para recordar que la HBO estuvo años antes de empezar a acertar, primero con The Larry Sanders Show y Mr. Show antes de rematar con OZ y convertirse en un sabor adquirido con Los Soprano. Pero hace falta eso, ir probando hasta acertar y, a partir de ahí, ir sacando éxitos, incluso esos que como Deadwood o Carnivale pueden no parecerlo.

Del mismo modo pasa con los proveedores de contenidos a internet; y aquí entra Netflix, sí, pero también HULU, la Yahoo TV y la próxima aparición de Amazon TV, además de DirecTV más lo que vaya saliendo… [Como ese intento del canal SyFy de unir TV con un videojuego online en Defiance ] Vamos, que cada vez son más; están rondando acertar con la serie correcta. Aunque sea un cambio lento — al fin y al cabo sólo ahora las audiencias de cable están empezando a amenazar a las networks — eso puede significar no sólo una mayor libertad —empezando por la duración, que ya no debe constreñirse a una programación que, como un puzzle, rellene un máximo de 24 horas— sino que, además, se integre con las nuevas fórmulas de consumo. Y aquí iría mi blablabla habitual que hoy os voy a ahorrar.

En cualquier caso, las novedades que tienen preparadas en estas plataformas son, sin duda, uno de los más importantes alicientes para la temporada que entra. Reconozco que estoy esperando con especial interés lo que pueda salir del House Of Cards de David Fincher y Kevin Spacey teniendo en cuenta que la original inglesa es, como no me he cansado de decir una y mil veces, una de las mejores series de la historia de la televisión.

Y ya que hemos abierto la puerta a hablar de lo que nos espera para el año próximo ya puedo volver con uno de mis estrenos más esperados: Cult , creado por el hombre tras la idea que fuera Alien Nation, Rockne S. O’Bannon. La historia en sí es sobre un par de personas que investigan unas extrañas desapariciones y asesinatos que podrían estar relacionadas con un minoritario programa de televisión… de culto. No sólo eso, el juego de los actores de la serie y sus personajes, de esas dos realidades —teniendo, por tanto a actores que interpretan a actores que interpretan a personajes— además de ser una de las ideas de la CW para reinventarse lejos de Gossip Girls y similares. Lo más interesante para mí es que en realidad no hay mucho que pueda esperar realmente, ni mucho que el programa crea que podrá facilitar. Y, pese a todo, lo espero con ganas.

Algo parecido, pero más apoyado en los grandes nombres, está The Following , el intento de acercarse a las cadenas de cable que la FOX ha dejado a Kevin Williamson, quien regresa a lo grande con esta historia en la que Kevin Bacon es un agente del FBI que trata de detener a un asesino en serie, James Purefoy, que acaba de huir de la cárcel y parece haberse multiplicado por todo el país. Y prometen que esto no tiene nada que ver con El silencio de los corderos, lo que, estando Williamson de por medio, es creíble.

La verdad es que puede ser el año de los corderos; está en desarrollo también una serie de Hannibal en la que la NBC ha puesto tantas esperanzas que casi me imagino lo que puede acabar pasando, mientras que LifeTime desarrolla Clarice. Y si mis expectativas sobre la nueva NBC son bajas no quiero deciros nada de lo que opino de LifeTime.

No es el único tema, por cierto, porque los otros son los piratas. No los hackers, que eso podría haber pasado si el salanderazo hubiera ocurrido en USA a la vez que en el resto del mundo; los piratas de verdad. De momento el magnífico creador inglés Neil Cross, responsable de Luther y de la soberbia serie de espías Spooks anda pelando la pava en la NBC con Crossbones, que se presenta como una miniserie o, por usar el término del que ahora tiran: Event Series. Todo tipo de historias piratas con una idea de fondo que recuerda la de Deadwood, cuyo centro argumental sería un Barbanegra para el que están convenciendo a Hugh Laurie. No es el único, la FX prepara junto a Graham King y Gale Hurd —con más retraso del que parece sensato— Port Royale y los Scott estaban dándole vueltas a Pyrates para la FOX mientras que la Starz prepara una serie producida por Michael Bay y que sería precuela de La Isla Del Tesoro.

Sí, es uno de esos años. Ahí está esa otra precuela, Bates Motel, con el joven Norman y su madre —y mejor amiga del chico— que se llama Norma y acaba de comprar un motel, un poco perdido, eso sí. También está Dracula con Jonathan Rhys Meyers chupasangreando y, de nuevo, la etiqueta de Event Series porque vuelve a ser la NBC. Éstas, que no dejan de ser las viejas miniseries de toda la vida de las que ya hablamos en su momento , van cambiando su denominación y contagiándose entre cadenas. Por eso la FOX ha llegado a un acuerdo con M. Night Shyamalan para crear Wayward Pines, en el espíritu de Twin Peaks y adaptando Pines de Blake Crouch.

—Es curioso, si la ABC hubiera aceptado la idea original de Last Resort como miniserie quizá sería punta de lanza y no una cancelación en la primera temporada.—

Además de esto la MTv le da vueltas a adaptar Scream —y me temo lo peor, pero confío en que aprendan un par de cosas de Harper’s Island— mientras que Whedon —el de Buffy o Firefly pero también Dollhouse — está tratando de contrarrestar la forma habitual de comportarse de Jeph Loeb —tantas veces echado de series como Smallville, Lost o Heroes… siempre demasiado tarde—, así que está metiendo prisa para que se estrene el spin-off de la película Los Vengadores centrado en la agencia de inteligencia SHIELD en ABC este mismo otoño. ¿Que por qué las prisas? Pues porque son ya tres años sin lograr sacar una serie de las franquicias Marvel pese al obvio interés de casi todas las partes. Incluyendo Disney y el propio canal, que no logran que Loeb les proponga lo que ellos quieren. Aunque para adaptación/ mix/ mash up o como prefiráis llamarlo, la que está preparando Showtime en Penny Dreadful, un recopilatorio de victorianismo que algunos ven inspirado en La liga de caballeros extraordinarios y otros sólo en la confluencia de seres maravillosos de la época. Detrás andan el guionista John Logan y el inquieto director Sam Mendes, así que parece que no nos van a faltar referencias literarias.

Además de eso, adaptaciones de éxitos extranjeros. Ya sabéis, eso de lo que procuran no hablar porque lo mismo los lectoespectadores descubren que la base de Homeland es israelí, o que Red Widow , futura serie de la ABC sobre la mafia, con la viuda de un capo ocupándose del negocio de la familia, es en realidad Penoza —No como opinión, para eso ya está Deception en NBC.—, que originalmente era de los Países Bajos.

Para acabar el repaso estadounidense, una serie a punto de estrenarse y otra en desarrollo: A punto de salir está Zero Hour , sobre el editor de una revista para escépticos — Anthony Edwards en su regreso a las series— que se encuentra un día en mitad de una enorme conspiración que incluye el rapto de su novia. La serie en desarrollo, de la que espero grandes cosas, es L.A. NOIR lo nuevo de Frank Darabont para TNT, y aunque es una cadena de suspense generalista y con pocas complicaciones, el nivel del guionista y director y de los miembros del reparto que ha buscado — especialmente Neal McDonough — narrando los movimientos delictivos en la ciudad de Los Ángeles en la década de los ’40 y ’50 es muy alto, así que confiaremos en que les salga bien.

Lo que nos lleva a los ingleses. Tanto ellos como los canadienses o los australianos y neozelandeses son poco dados a anticipar en exceso las nuevas series —más allá de esas que salen de pilotos probados con el público, claro— pero eso no impide que algunas, como la adaptación con Gabriel Byrne en el papel principal de las novelas negras de John Banville / Benjamin Black, se filtren antes. Y si Darabont nos lleva a los ’40, con la inglesa Peaky Blinders nos vamos a los ’20, a la resaca de la Primera Guerra Mundial, en Birmingham, con Sam Neill como un policía que pretende acabar con la organización familiar y criminal de los Shelby cuyo cabecilla está interpretado por Cillian Murphy.

Esperemos que todos estos apriorismos acaben siendo tan interesantes como parecen y, sobre todo, que aparezcan más nuevas series fuera del radar que demuestren que uno nunca sabe realmente de dónde saldrá el nuevo éxito del año. Habrá que verlo.

Jónatan Sark | 14 de enero de 2013

Comentarios

  1. zaws
    2013-01-14 12:30

    psst… quinto párrafo: The Larry Davis Sanders Show

  2. Jónatan S.
    2013-01-14 13:10

    Y mira que comprobé primero que estaba escribiendo correctamente Garry Shandling —que ya veo que al final no puse—, en fin,, corregido, ¡gracias!


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