Ciencias y letras, trata de acercar las dos culturas , favorecer su mestizaje. En realidad, sólo es una cultura que nos puede acercar más a nosotros mismos, a las complejas relaciones humanas, al mundo y a sus interrogantes. El autor, ingeniero y físico, es editor de La bella teoría. Publica los días 1 de cada mes.
Para muchos lectores, su primer contacto consciente con Jean Bernard Léon Foucault es posible que haya sido a través de la novela de Umberto Eco, El péndulo de Foucault. En ella uno de los tres protagonistas se encuentra en el Conservatoire National des Arts et Métiers, donde hay un Péndulo de Foucault, esperando un acontecimiento que ha de producirse en la noche inminente del solsticio de Verano. Mientras espera, cuenta la mayor parte de la narración en forma retrospectiva.
Había descubierto las corrientes de Foucault, unas corrientes que aparecen en todo conductor que se mueve en el seno de un campo magnético oponiéndose a su movimiento y frenándolo. Debido a ellas todas las piezas metálicas que se mueven en el seno de campos magnéticos suelen ser laminadas, pues la capa de óxido interpuesta entre las distintas láminas basta para evitar, o debilitar extraordinariamente, la circulación de las corrientes.
En los hornos eléctricos de inducción estas corrientes llegan a fundir el material metálico que se coloca en el núcleo del electroimán. Al hacer pasar corrientes alternas de alta frecuencia se producen corrientes inducidas capaces de llegar a fundirlo por efecto Joule . En las cocinas de inducción ocurre algo similar, las corrientes se originan en el propio utensilio de cocina que se calienta directamente por su efecto. Al no utilizar ningún agente de calentamiento intermedio el rendimiento energético es mucho mayor.
Pocos años después del experimento en el instituto volví a tropezarme con Foucault, esta vez a través de su famoso péndulo. En un viaje a Santander visité su Museo Científico y me quedé maravillado del péndulo de Foucault, un péndulo esférico que demuestra la rotación de la Tierra. La masa esférica que pende de un largo hilo, merced a su propia inercia, mantiene su plano de oscilación independientemente de la rotación de la Tierra. Para el observador parece que el péndulo va cambiando lentamente su plano de oscilación, pero la realidad es que lo que va cambiando es el entorno del mismo por la rotación de la Tierra. El péndulo permanece oscilando en el mismo plano en el que empezó a oscilar. Foucault hizo la primera demostración en 1851. El péndulo se fijó a la cúpula del Panteón de París: medía 67 metros y llevaba una masa de 28 kg. Una vez lanzado oscilaba durante 6 horas.
A los científicos nos los encontramos por doquier, a través de los miles de artefactos de nuestra vida cotidiana que debemos a su ingenio. Los hallamos hablando por teléfono, cocinando una tortilla o viendo la televisión o el cine. Los encontramos en la oficina, en la escuela, conduciendo nuestro coche o durmiendo plácidamente en nuestra cama. Los conocemos por sus obras pero casi nunca por sus nombres.Cuando leemos una novela conocemos el nombre de su autor, pero cuando hacemos una tortilla en una cocina de inducción no tenemos ni idea de que cocinamos gracias a las corrientes de Foucault.