Ciencias y letras, trata de acercar las dos culturas , favorecer su mestizaje. En realidad, sólo es una cultura que nos puede acercar más a nosotros mismos, a las complejas relaciones humanas, al mundo y a sus interrogantes. El autor, ingeniero y físico, es editor de La bella teoría. Publica los días 1 de cada mes.
El uso y dominio del fuego supuso una verdadera revolución para los hombres primitivos, de hecho la palabra hogar hace referencia al fuego alrededor del cual crece la existencia de una familia. Mucho después la comprensión del calor como movimiento y su aplicación para construir la máquina de vapor dio paso a la Revolución Industrial que cambió, para siempre, nuestra sociedad.
Sobre la mitad del siglo XVIII, un médico escocés llamado James Black (1728-1799) consideraba que el calor era una especie de fluido que llamó calórico, capaz de penetrar todos los cuerpos materiales aumentando su temperatura. Además de la definición original de “caloría” introdujo la noción de capacidad calorífica y de calor latente. La analogía entre calor y fluido fue desarrollada todavía más por Sadi Carnot , pionero en el estudio de la termodinámica (calor-fuerza), que comparaba la máquina de vapor con una rueda hidráulica. De la misma forma que la caída del agua desde gran altura es capaz de empujar la rueda, suponía que el calor era un fluido que actuaba de forma semejante al pasar de un punto de mayor temperatura (caldera) a otro de menor temperatura (refrigerador).
Las ideas de Thomson y de Carnot fueron desarrolladas varias décadas después por el físico alemán Julius Robert Mayer en su artículo “Observaciones sobre las fuerzas de la naturaleza inanimada, publicado en 1842. Mayer dispuso un experimento en una fábrica de papel donde la pulpa contenida en una gran caldera era removida por un mecanismo movido por un caballo.Pero quien, finalmente, llegó a medir el equivalente mecánico del calor por un método parecido fue el inglés James Prescott Joule . Joule estableció que hay una proporcionalidad directa entre el trabajo realizado y el calor producido. En 1843, al anunciar el resultado de sus estudios, escribía: “El trabajo realizado por un peso de una libra que desciende 772 pies en Manchester, elevará la temperatura de una libra de agua en un grado Farenheit”. Esta es la cifra que, expresada en estas u otras unidades, se usa ahora universalmente siempre que se ha de traducir la energía térmica en energía mecánica o viceversa.
Todas estas ideas llevaron a la construcción de la máquina de vapor en la que se basa la Primera Revolución Industrial que desde fines del siglo XVIII en Inglaterra y desde casi mediados del siglo XIX aceleró el desarrollo económico de muchos de los principales estados de Europa Occidental y de los Estados Unidos. Supuso el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad, desde el Neolítico.
2010-06-02 00:18
Se que es una obviedad para cualquiera minimamente enterado de cómo funcionan las ciencias, pero yo acabo de ver en este artículo con absoluta claridad la idea de que las teorías científicas equivocadas suelen contribuir al avance científico igualmente; me refiero a lo de la idea de que el calor atravesaba todos los cuerpos y la máquina de vapor.
Interesantísimo e ilustrativo artículo, Salvador.
Saludos
2010-06-02 09:46
Gracias Marcos, no creas que todos los científicos quieren ver tan claro cómo progresa la ciencia. Se suele tener la tendencia a presentar su desarrollo como un proceso casi ideal, pero la realidad en muchos casos es que se avanza a trompicones y a base de errores que se van corrigiendo con la prueba, con el experimento.
Saludos.