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Ciencias y letras por Salvador Ruíz Fargueta

Ciencias y letras, trata de acercar las dos culturas , favorecer su mestizaje. En realidad, sólo es una cultura que nos puede acercar más a nosotros mismos, a las complejas relaciones humanas, al mundo y a sus interrogantes. El autor, ingeniero y físico, es editor de La bella teoría. Publica los días 1 de cada mes.

La ciencia y la última verdad

El otro día una periodista le preguntaba a un eminente biólogo sobre cómo entendía una frase atribuida a Louis Pasteur:" Un poco de ciencia nos aleja de Dios y mucha ciencia nos acerca a Él”. El científico le contestó, pero no en los términos en que, creo, se refería Pasteur. Creo que él se refería a que la ciencia con un enfoque reduccionista, como conocimiento estanco sin conexión con el resto del conocimiento (“un poco de ciencia”) se queda en la superficie, nos aleja de las causas últimas y por tanto de Dios, pero cuando ahondamos en todas las maravillas, en toda la belleza que encierran las leyes que rigen este universo y sus conexiones aparece una humildad que nos ayuda a acercarnos a Dios.

Muchos de los grandes científicos, aunque no fueran religiosos, han experimentado esa cercanía de Dios, esa grandeza que sólo se intuye pero no se abarca (ver Los físicos y la metafísica). Lo he observado en físicos, en matemáticos, en entomólogos o en bacteriólogos. Recuerdo un artículo en el que un gran científico que se había pasado la vida estudiando las infecciones bacterianas se rendía ante la “inteligencia” de las bacterias, sí, he dicho bien, “la inteligencia” con que las bacterias logran burlar todos nuestros métodos para aniquilarlas.

Conforme profundizamos en cualquier aspecto científico, sea matemático, físico, o de cualquier otra índole, se observan múltiples conexiones que antes se ignoraban. Los grandes retos matemáticos, como el teorema de Fermat o la conjetura de Goldbach, aparecen como un determinado problema sobre potencias o sobre números primos y acaban involucrando las áreas más dispares de las matemáticas y haciéndolas avanzar por los caminos más inesperados.

Los grandes protagonistas de las ciencias, a menudo, trabajan con metáforas, recurso procedente de conocimiento general aplicado a cuestiones científicas particulares. En el caso de Niels Bohr, por ejemplo, sacó su poderosa idea de la complementariedad, en mecánica cuántica, de las llamadas imágenes “metamórficas” en las que puedes ver a la vez dos figuras diferentes según te fijes en su parte blanca o en su parte negra. Bohr siempre estuvo muy interesado por el arte y llegó a la conclusión de que, incluso, en la vida real y ciertamente en el ámbito de la física había que pensar en una especie de existencia simultánea de contrarios. Así pudo suponer que las partículas podían comportarse también como ondas y al contrario, que es lo que realmente ocurre con la luz y con los electrones, por ejemplo. Dependiendo de lo que tratemos de averiguar, y del experimento que diseñemos la luz será una partícula llamada fotón o el electrón una onda.

En el caso de Einstein, una de sus obsesiones temáticas era la unidad, la generalización, de tal manera que gracias a un esfuerzo de generalización Einstein pasó de la relatividad especial a la relatividad generalizada y de aquí a la teoría del campo unificado, la teoría del todo sobre la que se investiga, actualmente, en todas las universidades del mundo (supercuerdas, teoría M, supergravedad…) ¿ De dónde viene todo eso? Viene de las pasiones románticas de los filósofos y poetas del siglo XIX. Gente como Oersted ( descubrió el magnetismo que produce la corriente eléctrica) que era químico y filósofo querían la unificación, pensaban, como Kant les había enseñado, que en la ciencia todo podía explicarse en términos de una Grundkraft, una fuerza fundamental. La electricida, el magnetismo, la gravitación…eran diferentes aspectos de una sola entidad fundamental…

La ciencia aborda en la actualidad cuestiones que no hace tanto eran consideradas puramente filosóficas: El espacio, el tiempo, el principio y el final del Universo, el propio origen de nuestra percepción y la conexión de ésta con el mundo objetivo, o incluso la propia cuestión de si existe ese mundo objetivo independiente del observador. La ciencia está dando un paso hacia el conocimiento más general y profundo, o como decía Pasteur : “ ... la mucha ciencia”. La unificación coherente, la conexión de las ramas del conocimiento parece el camino a seguir para alcanzar verdades cada vez más fundamentales, aunque todavía estamos lejos de la última verdad.

Salvador Ruiz Fargueta | 01 de marzo de 2008

Comentarios

  1. María José
    2008-03-02 00:34

    Salvador, me parece muy interesante tu artículo. Yo creo que la separación entre cuestiones filosóficas o científicas es bastante artificial y más propia de la forma en la que analiza, sobre todo en nuestra época. Yo creo que en los grandes pensadores siempre han estado muy unidas. Muchos de los considerados como grandes filósofos eran científicos (por ejemplo, Kant) y muchos de los grandes científicos tienen reflexiones que son filosofía. Al fin y al cabo los temas sobre los que han reflexionado son los mismos o tienen fronteras muy difusas. A mí me encanta leer a Poincaré, porque sus reflexiones sobre la ciencia y el estatus del conocimiento que de ella se deriva son interesantísimas y sólo las puede hacer alguien que está involucrado en el método científico.

  2. Salvador
    2008-03-02 00:42

    Efectivamente, en este mundo tan complicado y tan difícil no nos hace nada bien que no unamos, un poco más, nuestros enfuerzos por procurar entenderlo. Un saludo.

  3. Marcos
    2008-03-02 12:53

    Muy interesante. En realidad supongo que es una tendencia general que lleva a la difuminación de los límites claros en, por ejemplo, las artes. Por otro lado, creo que es reciente la diferenciación clara entre lo que es ciencia y lo que no lo es, y científicos que hoy consideramos esenciales para la historia mezclaron sus teorías con la religión.

    Imagino que cuando hoy un científico decide investigar con células madre tiene detrás una ética o una filosofía que le permite o impide afrontar determinadas cosas.

    Saludos

  4. Salvador
    2008-03-02 15:06

    La “mucha ciencia” a la que se refería Pasteur, en realidad, es la extensión de la ciencia a las demás disciplinas necesarias para complementar a la persona humana que es el científico. Un saludo Marcos, gracias por la visita.

  5. MalonBalon
    2008-03-03 05:27

    Hola, para que querriamos conocer la ultima verdad, si lo que realmente deseamos, en lo mas profundo de nuestro es no encontrar jamas, ESA, “la ultima verdad”.

  6. Salvador
    2008-03-03 15:19

    La Última Verdad creo que deseamos todos conocerla. Son las pequeñas verdades y las verdades a medias las que no vale la pena conocer. Saludos.

  7. María José
    2008-03-03 15:49

    Pues yo, sinceramente, no creo que exista una última verdad (que más bien debería decirse primera verdad) a la que ni la ciencia ni ningún otro tipo de conocimiento vaya aproximándose.

  8. pessoa6
    2008-03-03 17:34

    La ultima verdad no existe. Existe la ignorancia de los hombres. Y siempre existirá. O no?

  9. salvador
    2008-03-03 21:13

    Creo que la primera y la última son la misma verdad y … posiblemente, una especie de utopía.

  10. viajero
    2012-09-17 12:59

    Solo una pregunta, que es mas logico y sencillo de creer:
    la “generacion espontanea de la vida” o la existencia de un Ser eterno, solitario y aburrido, que decide tener un Hijo, al cual, “en su infinita bondad” lo deja sufrir durantes dias, para El “en su infinita bondad” decida perdonar su propia creacion, el Hombre.
    El Hombre, siempre busco respuestas, al no encontrarlas, “creo un Dios” como respuesta, Dios Sol; Neptuno, Dios del Agua etc.etc.


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